sábado, 26 de julio de 2014

El gato de Schrödinger


El Gato de Schrödinger (1935)

Este es un clásico experimento mental para demostrar la superposición cuántica en la mecánica cuántica. Imaginemos que en una caja totalmente cerrada y opaca (Nada se ve) se encuentra un gato, y junto con éste un mecanismo que tiene el 50% de probabilidad de accionarse y liberar un tóxico (Capaz de provocar la muerte inmediata al gato) dentro de una hora.
Ahora bien, luego de haber transcurrido el tiempo para que se haya accionado o no el mecanismo:
-Según la Mecánica Cuántica el gato está vivo y muerto a la vez, sólo se establecerá un estado cuando un observador abra la caja y lo determine. Es decir, mientras que esto no sea observado, esta no pertenecerá a un espacio-tiempo fijo, pues como no está bajo medición no responde a las leyes de la cotidianidad. Concluyendo que cuando un objeto no está bajo medición, éste no se comporta según las leyes de la "normalidad".
Para muchos es totalmente imposible creer en esto refugiándose en la idea de que una persona no puede dar conclusiones de esta manera, diciendo ¿Cómo alguien puede saber el comportamiento de algo no medido/observado? Nadie puede saber lo que ocurre cuando algo no está bajo observación. Uno de los principales detractores de esta idea es el científico Albert Einstein, aquí una de sus frases en contra de esto: "Me gusta pensar que la luna sigue ahí, aunque no la esté mirando".
De esta forma, también propuso su propia versión del experimento, pero esta vez con unos guantes, tratando de echar por tierra esta idea.
Einstein plantea lo siguiente:
Pensemos en un par de guantes que son separados en dos maletines idénticos que son cerrados y totalmente opacos (No se puede ver nada por dentro), éstos no son rotulados, por ende, no se sabe cual maletín es portador del guante derecho y del izquierdo. Supongamos, entonces, que son enviados a distintos lugares del planeta, uno a China, por ejemplo, y otro al polo norte. Efectivamente, uno no sabrá cual guante ha llegado a China o al polo norte, hasta que abran la caja allá y lo determinen. Sin embargo, los guantes siempre se mantuvieron dentro de sus cajas, la observación sólo determinó cual era cual, pero nunca influyó en su forma. En efecto, estuvo predeterminado desde el momento en el que fueron introducidos dentro de los maletines. Concluyendo que el hecho de que no observemos algo, no significa que cambie o no.
Aún así, Bohr y los defensores de la mecánica cuántica creían que antes de abrir la caja en China o en el Polo norte, el guante era izquierdo y derecho al mismo tiempo, ya que, existía una probabilidad matemática del 50% de que fuera uno de ellos.